La
actual crisis sanitaria que padece el país por el coronavirus, causante de la
enfermedad covid-19 ha alterado muchas formas de relacionamiento político,
económico, social y educativo. En este último sentido, la transición de una
modalidad presencial a otra virtual implica experiencias ventajosas y
desventajosas que reconfiguran el proceso de aprendizaje a todo nivel y exigen
un reordenamiento de las prácticas cotidianas.
En ese contexto, se evidencia el contraste y la naturaleza de los rasgos diferenciadores de la escena áulica.
Educación
Inicial
Sol
Pazmiño, propietaria y docente del jardín La Barquita, precisa que al comienzo
las madres de familia estaban vigilantes sobre cómo se desenvolvía la enseñanza
en el niño, pero que ello fue perdiendo intensidad y ya en la tercera semana
solo una mamá está presente en una sesión de diez niños.
“En
la semana que empezamos las clases aún estaba la mamá en la casa, pero ya el
papá se había integrado al trabajo. En esta semana estamos viendo que ambos ya
están retornando al trabajo. Tenemos pocos niños en los que mamá está en casa”.
En
efecto, se quedan encargados con la prima o el primo mayor, con los abuelos,
con las empleadas. Estas personas no siempre están predispuestas a ayudar un
100%, explica Pazmiño al tiempo de agregar que “no todos los abuelos manejan la
tecnología. Se presentan un sinnúmero de situaciones en las que se ven
envueltos y no se fomenta realmente un hábito como para llevar una clase
ordenada, organizada”.
Apunta
que “se nos dificulta en las edades tempranas -5 y 6 años- establecer un
circuito de trabajo en ellos porque en la casa no hay orden en las
actividades”.
Educación
General Básica
María Jesús Trujillo, coordinadora del Departamento de Consejería Estudiantil de la Unidad Educativa Bilingüe EducaMundo, considera que los pros de las clases virtuales radican en el desarrollo de las habilidades informáticas, pues “no se reduce a un espacio- hora clase de computación-, como tradicionalmente se realizaba en las clases presenciales”.
La
psicóloga analiza que esta modalidad permite desarrollar un pensamiento
creativo y constructivo.
Respecto
a las clases sincrónicas (grabadas) nota que “aparece la frustración ante la
imposibilidad de tener una clase fluida, debido a factores externos que
intervienen este proceso virtual como las fallas de conexión a internet.
Trujillo
advierte que “a pesar de que se utiliza como contingencia, en mi caso
particular, la publicación de la clase en la agenda virtual, no garantiza que
todos los estudiantes revisen el material y se pierde la retroalimentación a la
que estamos acostumbrados en las clases presenciales”.
La
académica recomienda estimular la participación: “Se puede pedir a los
estudiantes que ante preguntas o dudas escriban en el chat/foros, de esta forma
todos los estudiantes pueden leer la pregunta y podría pasar que más de uno
tenga la misma inquietud, de esta forma se lograría la fluidez, se optimiza el
tiempo. Asegúrese de responder a los estudiantes siempre en forma rápida, que
sientan que hay alguien detrás de la pantalla del computador o celular,
preocupado por el aprendizaje de ellos”.
Trujillo,
quien trabaja con niños de 6 a 9 años, comenta que a pesar que la mayoría han
interiorizado las reglas del salón virtual, algunos aún les cuesta adaptarse.
En ocasiones sucede que “en pleno desarrollo de la temática, intervienen para
pedir permisos como: puedo ir al baño, tengo mucha sed, puedo tomar agua, o
abren micrófonos y se escucha de fondo ruidos como ladridos, conversaciones
ajenas a la clase y un sinnúmero de situaciones”.
Finalmente,
aconseja como necesario hacer seguimiento: “Hay que preguntarles constantemente
cómo van con las tareas o las actividades, se busca estar presentes a través
del seguimiento. De esta forma se obtiene la sensación de estar conectados y
presentes, contactarlos y conocer las particularidades de cada estudiante es
clave”.
Pamela
Pulley, gerente educativa de la Unidad Educativa Praga, apunta que en la
educación virtual existe mejor manejo de la gestión de la plataforma, mayor
disciplina y cumplimiento de tareas, eficacia en las clases, independencia,
crecimiento personal y un horario de clases que se cumple al 100%.
No
obstante, Pulley también anota que esta modalidad merma la socialización entre
personas, además de que los niños quedan solos en casa mientras los padres
trabajan.
Asimismo,
la gerente educativa señala como una desventaja la eventual desconexión de
internet e, incluso, la falta de computadora.
Piensa
que el modo presencial padece de una “falta de control de los padres y
desenfoque de los estudiantes”, quienes ven en el colegio, primero, un lugar de
socialización y, después, un espacio de aprendizaje.
Bachillerato
General Unificado
Lili
Arenas, vicerrectora y docente de octavo y noveno de Básica en la materia de
Ciencias Naturales y de I de Bachillerato en Educación Artística en la Unidad
Educativa Steiner, sostiene que es una ventaja maravillosa no solo publicar las
actividades a realizar en un tablón de novedades, sino también grabar las
clases.
“Nos
presentamos en vivo y se queda la clase grabada. Si el alumno no se puede
conectar o, si por alguna circunstancia falta, él puede revisar la clase en
otro momento. Esa es la parte buena”, asegura.
No
obstante, la parte negativa la asocia con el tema de la conectividad. “El
retorno es súper lento en algunos. La velocidad de la respuesta de la voz es
mayor o menor dependiendo del caso. Entonces, yo estoy preguntando algo y hay
estudiantes que ya contestan; mientras que hay otros que todavía están
esperando el mensaje”, señala Arenas.
Contrasta
aquello afirmando que es una cuestión de adaptación.
Relata
que en principio enviaban muchas tareas, pero que con el correr del tiempo
“hemos aprendido a dosificarlas. (…) Estamos apretando tuercas para que todo
vaya marchando bien”.
Dentro
de esos ajustes, observa que lo insustituible de una clase presencial es el
movimiento del maestro a lo largo del salón.
Arenas,
quien también enseña Educación Artística, lamenta que “una desventaja es que no
nos podemos mover”. Cuenta que “en el sistema hay pizarras electrónicas que son
fantásticas, son maravillosas. Pero seguimos estando sentados. Algunos hemos
usado una pizarra de verdad para que los chicos sientan que estamos un poco
presencialmente”.
Por
otra parte, indica que una vez superada la pandemia “volveríamos asombrados
totalmente”, puesto que “esto ha sido una metamorfosis de un momento a otro”.
En esa posibilidad, la docente de 68 años cree que se aprovecharía más el
contacto humano con los estudiantes y al mismo tiempo se utilizaría más la
tecnología, la cual había estado parcialmente relegada.
Arenas
añade además que la puntualidad en estos encuentros es algo muy positivo.
Con
35 años de docencia destaca que “a los chicos les falta ser contestatarios, ser
autónomos, investigadores. (…) Para nosotros lo más importante es educar en lo
humano”.
Jean
Raymond Joseph Velásquez, docente de Matemáticas y Física en décimo y
Bachillerato en la Unidad Educativa Bilingüe EducaMundo, sustenta que una de
las ventajas “es la oportunidad de utilizar algunas herramientas que nos
brindan los medios digitales, como programas, aplicaciones, simuladores, hojas de
cálculo, etc., así el estudiante se familiariza con softwares que podrían
utilizar en la universidad o incluso a nivel profesional, recordando que en
muchas áreas de ingeniería los cálculos se realizan mediante programas
diseñados para ese campo y no a mano”.
Joseph
asevera que esto no quiere decir que el estudiante no tiene que aprender a
realizar los procesos de manera convencional, sino que se debe de familiarizar
con las herramientas que nos dan los medios digitales y no sólo para redes
sociales.
El
académico analiza que una de las desventajas es la falta de retroalimentación
del estudiante al docente, puesto que “no se puede percatar si el estudiante
está o no receptando la información, por más que uno pregunte y los estudiantes
contesten o no, no se sabe lo que ellos estarán realmente haciendo en casa, si
están tomando apuntes o estarán revisando su celular, distracciones en el hogar
entre otros”.
El
profesor recalca en que el modo presencial permite controlar mejor a los
estudiantes. “Si el estudiante está atento, tomando apuntes, voy a lograr mi
objetivo de impartir la materia; en cambio, si está distraído, el trabajo del
docente se complica, ya que la supervisión de manera virtual no es la misma de
manera presencial”, menciona.
Para
la directora general de la Unidad Educativa Particular Bilingüe International
School, Mercedes Sánchez, la interrogante sobre la necesidad de estudiar
“navegaba en los pensamientos de los padres que tenían el temor de lo que
pudiese ocurrir con los estragos que nos dejaría esta pandemia”.
Frente
a ello, Sánchez considera que “los colegios tuvimos que reinventarnos,
transformamos nuestra modalidad a una nunca antes experimentada, que si bien es
cierto ya existía, pero que no había sido considerada dentro de nuestra
propuesta pedagógica”.
La
docente revela que, con el transcurso de los días, “nos capacitamos para no
solo ser maestros online sino para ser animadores de TV, crear videos ganándole
al Tiktok y así poder llamar la atención de nuestro principal público objetivo:
nuestros estudiantes”.
Sánchez
afirma que “la educación virtual nunca igualará a la presencial, sin embargo,
el compromiso adquirido puede lograr grandes cambios y el que quiere, puede.
(…) Sea la educación virtual o presencial, lo importante es atravesar esta
adversidad superando los obstáculos y nunca descuidando la calidad”.
Luis
Emilio Maingón, estudiante de II de Bachillerato de la Unidad Particular
Bilingüe Liceo Panamericano, expresa sentirse decepcionado de las acciones
tomadas por su colegio.
“Han
hecho una mala distribución de las materias. Se han extendido mucho con el
tiempo, cuando antes solo era necesario de 30 a 40 minutos de clase para que se
entienda el tema a tratar. Al dar 60 minutos de clase genera estrés y pérdida
de interés por la materia”, argumenta Maingón.
El
estudiante propone que ese tiempo podría ser mejor utilizado para la adecuación
de otras materias troncales que fueron excluidas debido a la pandemia, como es
el caso de Estudios Sociales.
“También
hay una desorganización en la asignación de tareas, la cual genera mucho estrés
para mí y mis compañeros dificultando el proceso de aprendizaje”, critica.
Sin
embargo, Maingón también rescata que, en estas clases virtuales, “algunos
profesores han sabido manejar bien la situación e incluso han mejorado su labor
de educar, ya que les ha permitido organizarse excelentemente”.
Finalmente,
opina que “las clases presenciales son mucho más efectivas que las virtuales,
con sus debidas reservas claro está, pero también ha demostrado que no hay impedimentos
para la educación”.
Para
la directora de secundaria de la Unidad Educativa Particular Bilingüe
International School, Julie Guerrero, existen varios cambios como la
interacción, el espacio, la convivencia, la participación y la fidelidad de la
evaluación.
“Una
clase presencial puede ser realizada en un ambiente externo donde el estudiante
lo explora, lo experimenta y lo vive significativamente junto a sus compañeros
y docente; lo que no es lo mismo en una clase virtual donde la realidad es
transmitida a través de los medios digitales o de comunicación”, comenta
Guerrero.
La
directora asimila que “una clase presencial sin tecnología se convierte en una
clase tradicional y, con tecnología, es la nueva era escolar”.
Educación
Superior
La psicóloga clínica Margarita Peralta Merelo, quien además es docente en la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador, estima que la virtualidad genera algunos beneficios como el aprendizaje de nuevas metodologías de enseñanza, el uso de diferentes programas educativos virtuales y continuar con la interacción entre seres humanos.
No
obstante, Peralta piensa que “difícilmente se puede hablar de beneficios
cuando se carece de insumos y conocimientos que permitan desarrollar de manera
adecuada esta dinámica”.
Por
ende, la catedrática universitaria cree que lo que ocasionarían las clases
virtuales son desventajas como: la inexistencia de una estructura pedagógica
completa con técnicas de aprendizaje, una brecha en la relación profesor-alumno
y que afecte la buena disponibilidad del estudiante de recibir información.
Escrito por:
Alejandro Javier Pardo Pavon
Fuente:
Ventajas y desventajas de las clases virtuales Xavier Andrés Rodríguez Rodríguez - 17 de junio de 2020 - 22:30, Esta noticia ha sido publicada originalmente por Diario EL TELÉGRAFO bajo la siguiente dirección: https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/sociedad/6/clases-virtuales
Por otra parte, indica que una vez superada la pandemia “volveríamos asombrados totalmente”, puesto que “esto ha sido una metamorfosis de un momento a otro”. goodnightpublishing.com/app-para-contar-dias/
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